Dolores O'Riordan, Concierto en Murcia

Domingo 4 de noviembre, Auditorio de Murcia, sentados en nuestros asientos asignados (un lujo tras la cercana experiencia de Héroes en Cheste) y en la planta de arriba de una sala con un aforo de 1800 personas.

Se apagaron las luces, hubo un revuelo general, salieron los músicos y comenzaron los primeros acordes de Zombie, temazo, y allí apareció ella.

Pequeña y frágil, así es Dolores que enseguida transforma su aspecto escuálido con un raudal de voz que rebotaba por todas las paredes del recinto. Una increíble mujer que se comía el escenario, paseando aquí y allá y danzando con sus movimientos robóticos.

Las canciones de su disco en solitario se sucedían con los hits de The Cranberries, haciendo al público saltar de sus asientos. Pronto el patio de butacas era una masa botando y coreando a voz en grito cada uno de los himnos que tantas veces Dolores habría cantado con su anterior grupo.

Un guiño al público: en una de las canciones bajó del escenario y corrió por el pasillo lateral entre las butacas, sumiendose entre las caras que ilusionados la veían microfono en mano a escasos centímetros.

Una canción, bueno dos: del nuevo disco, me quedo con Black Widow que en directo es impresionante, mezclando esos sonidos místicos del principio con los rugidos de guitarras y la intensa batería de la segunda parte. De Cranberries me quedo con Salvation, que fue una grata sorpresa y fue una de las más cañeras de la noche.

Un gran directo, un placer verla por primera vez y como decían las pancartas de la primera fila: "Welcome Home" "Yes, we are listening".