Boda a la italiana

Mi primera boda italiana. Tradicionales, por la iglesia, con coro, larga misa, cura monje, corazón de arroz. Convite sonado, gran caserón entre la foresta del corazón de la Brianza.

Buffet cocktail, al aire libre, platos ligeros pero deliciosos, en el interior, buffet postre, otra vez al aire libre. Cocineros en directo, helados artesanos, crepes recién hechos y sobre todo mucha fiesta.

Lo más curioso: ni diez minutos seguidos sentados a la mesa, música del “hombre del piano” en directo constante y con el subsiguiente karaoke.

Comiendo cerezas cogidas directamente del arbol, contraste de verdes con azules, paisaje inigualable, climatología perfecta y mejor entorno. Un intenso día que me hace querer un poquito más a la bella Italia y a sus divertidos habitantes. (3 junio 06)