23 marzo 2011

Concierto de Holywater en Alicante, Sala Stereo. Crónica

Grupo: Holywater (Teloneros: Los últimos Bañistas)
Fecha: 4 marzo 2011
Lugar: Sala Stereo Alicante

Holywater en concierto en AlicanteUna sala vacía. No sé si será como la sensación de Colegio Vacío a la que hacía mención Fon Román en su primer disco, pero entrar en una sala de conciertos y comprobar que hay cuatro gatos (y cuando digo gatos quiero decir personas) contando a la camarera y el técnico de sonido, es muuuuy triste.

Quince minutos después y con el doble de personas que al inicio (seríamos unos 8) salió al escenario el cantante de "Los últimos bañistas" guitarra acústica en ristre y haciéndonos ver que aquéllo había empezado, a pesar de que podías escuchar las conversaciones de la gente al otro lado de la sala.

Tras esa primera intervención, apareció el resto del grupo y con caras entre resignación y risa tocaron sus canciones: pop español fresco e interesante, resaltando la actuación del batería que era una máquina aunque sin desdeñar al resto de integrantes que no se dejaron intimidar por el vacío aplastante de la sala.

Unas canciones más tarde, se despedían del público y comenzaban los verdaderos protagonistas de la noche: Holywater, que pasaron como un tornado sobre una carretera desierta. Sí, es cierto, como mucho seríamos unas 30 personas, pero eso no les impidió darlo todo y dejarse la piel en el escenario.

Concierto de Holywater en Alicante. Sala StereoComo si estuvieran en un festival multitudinario con miles de personas coreando sus canciones, los gallegos tocaron sus temas con una intensidad envidiable. La cara de Ricardo, el cantante, casi desencajada, trasmitía una pasión y fuerza increíbles, y con ellas vivimos una a una las canciones de su último discco, The Path to Follow, además de algún tema anterior.

En un momento del concierto, y tras acabar exhausto uno de los temas, Ricardo se dejó caer, literalmente, en el escenario, suponemos que tendría la jugada ensayada porque fue de lado, y cayó todo lo largo que era como si el duro suelo fuera una colchoneta de plumas. Le faltó romper unas guitarras o unos altavoces o así.

Un concierto con mucha calidad, quizá desaprovechada, quizá sobredisfrutada por nosotros, que durante casi dos horas, nos lo hicieron pasar genial.

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