Fueron duros los comienzos

Me alegra sobremanera pensar que este fin de semana he podido ver en directo a un grupo de amigos que, desde hace años, tocan en un local de ensayo sin más motivación que entretenerse unas horas haciéndo lo que más les gusta: hacer música.

Realmente sólo tocaron cinco canciones, y todas versionadas (Queens of the stone age y Foo Fighters), pero aunque no se atrevieron con temas propios y la duración del concierto no llegó a media hora, creo que me resultó mucho más interesante este concierto que muchos a los que hasta ahora he acudido.

Y pensando todo esto me imagino cómo fueron los comienzos de tantos y tantos grupos grandes que empezaron en un garaje de dos metros cuadrados y han acabado siendo mitos del rock, del pop, o de cualquier otro género. Y tantos y tantos otros que se quedarán en sus garajes, porque el oportunismo o simplemente las ganas, nunca les sacaron de ese sótano para que el resto del mundo pudiera ser partícipe de sus creaciones.

Tan sólo una reflexión sobre la casualidad, la calidad musical y la voluntad que hace que ahora mismo esté escuchando un grupo mundialmente conocido y nunca llegue a oir a los miles que en estos momentos también estarán dándole a las guitarras en cualquier cuchitril.